24 abr 2008

Gurpegui vuelve ''como un león''


La hora cero de Carlos Gurpegui comienza a las 00.00 horas de esta noche. Seis años después, el futbolista del Athletic comienza, según afirmó hace días, "una nueva vida", muy distinta a la que empezó el 1 de setiembre de 2002, cuando, tras un partido contra la Real Sociedad en Anoeta, dio positivo por 19 norandrosterona, un metabolito de la nandrolona. El largo proceso de sentencias y recursos, suspensiones y suspensiones cautelares de las suspensiones, partidos disponibles y partidos imposibles, concluyó con la sentencia final, cuando la Audiencia Nacional desestimó su último recurso y confirmó la sanción impuesta por ella misma el 26 de noviembre de 2004. En estos seis años de procesos y dos de suspensión, Gurpegui ha visto desde la barrera a cuatro presidentes, siete entrenadores y muchos nuevos compañeros.

A partir de hoy, Gurpegui, de 27 años, puede volver a jugar al fútbol y su técnico, Javier Caparrós, ya anunció hace una semana que, "si no ocurre nada, será titular en el Bernabéu" el próximo domingo. La pregunta está en el ambiente. Gurpegui jugó su último partido de competición el 9 de abril de 2006, frente al Mallorca (1-1) en San Mamés. Dos años y pico después, ¿está en condiciones de saltar a un terreno de juego en competición oficial?

Según el preparador físico del Athletic, Javier Reyes, "sin ninguna duda". En su opinión, no sólo la actitud del centrocampista, sino los datos, le avalan. "El caso de Gurpegui es casi increíble. Le hicimos dos pruebas el 31 de enero y el 4 de abril y el resultado en velocidad, por ejemplo, fue espectacular. Una vez cotejados con los que se le hicieron en 2004 y 2005, resulta que está tan sólo un 0,09% por debajo. Y en potencia aeróbica incluso mejora".

Hay más datos. "Gurpegui tiene un 9% de materia grasa y un 52% de materia muscular", señala Reyes, "que son los resultados normales de un jugador en plena forma compitiendo habitualmente".

Los resultados de Gurpegui, en su criterio, no se deben sólo al plan especial de entrenamiento preparado para él desde que dejó de competir, sino que influye su respuesta psicológica. "Nosotros preparamos un programa especial en febrero que ha llevado a cabo con Xabier Clemente como preparador físico. No entraña mayor misterio: se trata de añadir al trabajo con el grupo una serie de sesiones complementarias y trabajos añadidos. Se trata de suplir en lo posible la falta de competición para que determinados valores (velocidad, potencia, resistencia...) se desarrollen".

Hasta la fecha, a causa de la prohibición total de competir (incluso en amistosos), Gurpegui sólo ha podido jugar 90 minutos completos en partidos de entrenamiento contra el Baskonia (filial de Tercera) y el Bilbao Athletic (filial de Segunda). "El ritmo de Primera es, sin duda, distinto", afirma Reyes, "pero yo creo que, si Caparrós decide que juegue contra el Madrid, estará en condiciones de disputar los 90 minutos o algo parecido. Físicamente, está en condiciones. Otra cosa serán los asuntos estrictamente deportivos", agrega.

El preparador destaca especialmente que Gurpegui siempre se haya movido en baremos de competitividad. "Es extraño porque incluso con futbolistas que igual desaparecen un mes de las convocatorias por decisiones del entrenador notas un cierto relajamiento que luego se observa en las pruebas y los análisis. Otros siempre piensan que, cuando se acerque el momento de volver, ya se pondrán a punto. Y algunos te llegan con muchos kilos de más creyendo que en un mes los van a reducir casi de golpe. El 80% cae en alguna de esas actitudes. A Gurpegui ha habido que pararle, en realidad. Desde que le conozco, ha habido que pararle siempre".

Pero hay un elemento que excede y se opone a la preparación física: la ansiedad, el peor rival del deportista: "Gurpegui se entrenaba, hacía sus trabajos complementarios y añadidos y, después, cuando todos se iban, cogía un balón y se ponía a juguetear un rato. Sus ganas de jugar son tales que seguramente lo notará cuando vuelva a pisar el césped. El afán por llegar a todos los sitios, a todos los balones, le puede pasar una factura mayor. Pero eso es inevitable".

Gurpegui jugó la pasada semana en Portugalete (Tercera) los 90 minutos, su último partido "de sanción" antes de su regreso a la legalidad. Marcó un gol y, según dijo, acabó "con agujetas". No es lo que dicen los datos, aunque no hay entrenamiento que supere la exigencia de un partido. El debate está servido en Bilbao. Unos piensan que debe jugar al minuto siguiente de cumplir su sanción. Otros, que debería retrasarse su debut al encuentro en San Mamés contra el Mallorca, el último rival, por cierto, al que se enfrentó en competición en el mismo escenario.

Él piensa que "el Bernabéu es un buen lugar para volver". La lesión de Yeste, unida a la de Orbaiz, le allana el camino en el centro del campo. Javi Martínez, en plena efervescencia física, puede ser el mejor guardaespaldas de Gurpegui en su regreso.

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