
Con Motta o sin él, el Atlético dejó la impresión desde un primer instante que podía resucitar a un muerto como el Valencia. Con una defensa de mantequilla y nadie que pusiera un mínimo orden, Agüero estaba destinado a morirse de aburrimiento sin la compañía esta vez de Forlán, que se quedó en el banquillo. Sin embargo, solo a balón parado asustaron los de Koeman antes de que el exjugador del Barça se marchara y Silva adelantara al Valencia con un remate a placer con la zurda tras el regalo de Pablo (m. 33).
Fue Villa quien mandó el balón al larguero en una falta y quien obligó a Falcón a esforzarse para rechazar otro tiro. Entre el tanto y el descanso, el portero rojiblanco no volvió a intervenir, lo que da idea de la fluidez valencianista. Tuvieron que volver a fallar los centrales del Atlético para que el Valencia pudiera sumar otra ocasión de gol, ya en el segundo tiempo.
La dimisión del conjunto rojiblanco, incapacitado para dar dos pases seguidos, derivó en un dominio abrumador del cuadro local que no tuvo reflejo en su producción ofensiva, ligeramente más alta con la entrada de Joaquín. Koeman, inexplicablemente, no echó mano de Zigic y el Atlético resistió hasta consumir un partido en el que no remató ni una sola vez a puerta.
Valencia: Hildebrand; Caneira (Miguel, m. 46), Albiol, Helguera, Moretti; Silva, Baraja (Maduro, m. 51), Marchena, Banega (Joaquín, m. 71); Silva, Vicente.
Atlético: Falcón; Valera, Pablo, Perea, Pernía; Maxi, C. Santana, Motta, L. García; Mista (Reyes, m. 58), Agüero (Forlán, m. 46).
Goles: 1-0, Silva (m. 33).
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