3 ene 2008

El Madrid pasa a octavos '''in extremis''

Otro sofocón innecesario. Una vez más, el Real Madrid jugó a la ruleta de la Copa... Y en esta ocasión ganó. Guti rescató a su equipo cuando el partido estaba empatado y todo el mundo se preparaba para la prórroga. Un ejercicio innecesario de sufrimiento porque sus armas son infinitamente más letales que las de un digno Alicante, que buscó la eliminatoria hasta el final.
Está visto que el conjunto blanco no aprende de las situaciones comprometidas. En la ida le pintaron la cara del minuto uno al noventa y se trajo unos deberes que casi no cumple. No hay ningún tipo de justificación para que lo pase tan mal. Para que sufra como un perro. En este tipo de encuentros tan traicioneros, la lógica y la historia aconsejan mandar a la lona al rival en los tres primeros golpes para evitar sobresaltos.

Los de Bernd Schuster cogieron el camino equivocado. No atacaron con fiereza el partido desde el primer minuto y tocó remar hasta el último pase. Inexplicable. Jugadores de la experiencia de Heinze, Gago, Guti, Higuaín, Ramos o Soldado no pueden permitirse ese tipo de lujos. Crean incertidumbre y cargan el ambiente de malas vibraciones. Otros jugadores tenían la obligación de reivindicarse ante el entrenador para el futuro y lo único que hallaron fue un suspenso morrocotudo.

Este Real Madrid no está engrasado, pero la calidad individual sobra para sacar adelante este tipo de trabajos de perfil medio. Un Segunda B no puede sacar los colores a todo un Madrid en su estadio. Los blancos crearon muchas ocasiones para dibujar una goleada y se encontraron con el agobio de la prórroga en el cogote.

La culpa está definida. Robben puso a su equipo por delante a la media hora de juego y luego el Madrid fue incapaz de cerrar el partido porque bajó el ritmo y se relajó de manera descarada. Creía al descanso que el trabajo estaba hecho. Error. El Alicante se fue arriba y puso en apuros a Dudek. Borja aprovechó un centro desde el costado izquierdo para superar a defensas y portero. Quedaba media hora por delante.
Y el Madrid lo pasó mal. Se descompuso hasta tal punto que el Alicante pudo dar la campanada. Los blancos se lanzaron al ataque de manera desesperada para resolver el entuerto. Tuvieron más ocasiones, pero la falta de puntería y el excelente trabajo de Ricardo mantuvieron la emoción hasta el final.

Lo que se presumía como un trámite se convirtió en un suplicio. Pese al grado, siendo generoso, que marcaba el termómetro y una pertinaz lluvia que acentuaba la sensación térmica de frío, nadie se movió del Bernabéu. El seguidor que había acudido al campo empachado de tanto turrón, pata negra, gambón y pacharán propios de las fechas casi se atraganta.

Menos mal para los intereses blancos que por ahí andaba Guti para resolver el problema. En la última jugada del partido fabricó un disparo preciso desde la frontal al que no pudo responder Ricardo porque estaba tapado por algún compañero. El aviso quedó en susto.
El Madrid está en octavos por méritos propios. En el balance fue mejor, pero la «clase b» dejó demasiadas dudas y Schuster deberá plantearse si mantiene el bloque para la siguiente eliminatoria.
La imagen la tome yo ya que fui a ver el partido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario