El Liverpool dio ayer un paso de gigante para avanzar a los cuartos de final de la Champions. En la recta final y con mucho sufrimiento, pero al final los reds volvieron a triunfar en el mágico estadio de Anfield, que una vez más despidió a su equipo con una gran ovación (2-0). La expulsión de Materazzi en el minuto 30 resultó clave en el desenlace del partido. El Inter se limitó a defender, pero sucumbió en la recta final gracias a los goles de Kuyt (m. 85) y Gerrard (m. 90). Rafa Benítez necesitaba un triunfo así para calmar los ánimos. Después de caer en la Copa ante un equipo de Segunda y de caminar en la Premier sin demasiada soltura, los reds no se podían permitir un tropiezo en su competición favorita, aquella en la que se transforman y convierten sus defectos en virtudes. Y el Liverpool, una vez más, no falló. El finalista de la última Champions y campeón en el 2005 volvió a mostrar su solidez en casa ante un rival que lo tendrá muy difícil en la vuelta en el Giuseppe Meazza para seguir en el torneo y aspirar a romper su maldición europea (no gana la Copa de Europa desde 1965).
La jugada clave del encuentro se produjo en el minuto 30, cuando Materazzi vio la segunda amarilla por un ligero agarrón a Fernando Torres. A partir de entonces, solo existió el conjunto local en el campo. El campeón de Italia se limitó a defender. Córdoba y Chivu se convirtieron en los baluartes del Inter, que aguantó como pudo las embestidas del Liverpool, la mayoría protagonizadas por el Niño. Torres estuvo a punto de marcar en un tiro cruzado que despejó el meta Julio César (m. 57) y también en otro lejano lanzamiento (m. 63). Antes, Hyypia envió fuera un cabezazo en buena posición (m. 58). Parecía que el Inter mantendría el muro intacto, pero no fue así. Benítez dio entrada a Crouch para fortalecer el juego áereo. Los italianos perdieron por lesión a Córdoba (m. 74) y fueron incapaces de resistir el arreón final. Kuyt, en un disparo afortunado que sorprendió al portero, y Gerrard, con un gran tiro que entró tras dar en el palo, acabaron hundiendo al Inter. La tremenda alegría del portero Pepe Reina era el reflejo de la valiosa victoria de los reds, que se aproximan a los cuartos.
La jugada clave del encuentro se produjo en el minuto 30, cuando Materazzi vio la segunda amarilla por un ligero agarrón a Fernando Torres. A partir de entonces, solo existió el conjunto local en el campo. El campeón de Italia se limitó a defender. Córdoba y Chivu se convirtieron en los baluartes del Inter, que aguantó como pudo las embestidas del Liverpool, la mayoría protagonizadas por el Niño. Torres estuvo a punto de marcar en un tiro cruzado que despejó el meta Julio César (m. 57) y también en otro lejano lanzamiento (m. 63). Antes, Hyypia envió fuera un cabezazo en buena posición (m. 58). Parecía que el Inter mantendría el muro intacto, pero no fue así. Benítez dio entrada a Crouch para fortalecer el juego áereo. Los italianos perdieron por lesión a Córdoba (m. 74) y fueron incapaces de resistir el arreón final. Kuyt, en un disparo afortunado que sorprendió al portero, y Gerrard, con un gran tiro que entró tras dar en el palo, acabaron hundiendo al Inter. La tremenda alegría del portero Pepe Reina era el reflejo de la valiosa victoria de los reds, que se aproximan a los cuartos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario