
El Villarreal, en un campo helado, duro y sin apenas césped, no se encontró cómodo durante toda la primera mitad. El conjunto local disparó hasta en cinco ocasiones a gol, todas ellas desde fuera del área, y el guardameta amarillo muy bien colocado desbarató cualquier oportunidad.
Nada cambió en la segunda parte y la avalancha de intentonas por parte del conjunto ruso ponía en duros aprietos a Diego López, que se lució en su puesto. Sin embargo, un único error del guardameta al no acertar a despejar un balón raso puso en bandeja el gol a Pogrebnyak.
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