Eurocopa 2008 en El Rechace:
Polonia 0-1 Croacia
Croacia se llevó un duelo que para él era intrascendente y se convierte en el primer equipo que hace pleno. El equipo 'B' croata fue mejor que Polonia (0-1), que sólo en la última media hora dio sensación de jugarse los cuartos de final. Cierto es que lo tenían difícil, pero jugaron sin fe. Además, el duelo dejó el regreso triunfal de Klasnic, que marcó el gol de la victoria quince meses después de ser operado en un doble transplante de riñón. Los de Bilic gobernaron el duelo desde el inicio y con un sensacional Pranjic y un buen juego colectivo doblegaron con justicia a los polacos, a los que Boruc salvó de ser goleados.
Bilic tiró de suplentes y el equipo ofreció una respuesta magnífica. Esa fue la mejor noticia de Croacia, sus suplentes ofrecen garantías, hay fondo de armario. Eso sí, conviene no lanzar las campanas al vuelo porque Polonia es un equipo sin vuelo. Croacia mandó desde el inicio, con autoridad, y acumuló las suficientes ocasiones como para merecer la victoria. Su problema fue Boruc. El meta polaco se ha revalorizado en esta Eurocopa. Ha dejado los mejores detalles de su equipo junto a Roger Guerreiro. Si el jugador de origen brasileño no apareció hasta bien entrada la segunda mitad, el portero salvó a su equipo.
Entre todos los croatas sobresalió uno de los pocos titulares que no tuvieron descanso: Pranjic. El lateral izquierdo, que ya realizó una soberbia actuación ante Alemania, estuvo enorme ante Polonia. Fue lateral y extremo a la vez. Anduvo por todos los sitios. Estaba atrás y adelante. Cierto es que Polonia ni salía y el trabajo defensivo era fácil, pero sorprendió al lateral derecho polaco, Wasilewski, con total facilidad. Además, Rakitic, Petric y Klasnic se movían bien. Por lo demás, Croacia mostró una solidez similar a la de los dos primeros partidos, a pesar de los cambios.
Klasnic y Pranjic se estrellaron varias veces contra Boruc, que no pudo detener sin embargo el chut del primero al comienzo del segundo tiempo. La asistencia fue del lateral izquierdo, cómo no, que se hinchó a subir. El remate de Klasnic fue con la izquierda, aunque en realidad hasta su riñón empujó el cuero. Al delantero le supo de forma especial el tanto. Estuvo a punto de dejar el fútbol y en su debut en una Eurocopa hizo el gol del triunfo. El fútbol está plagado de historias bonitas y algún día Klasnic contará la suya a sus nietos.
Polonia apretó en la última media hora, por orgullo y porque Beenhakker se decidió a meter a Smolarek y Zahorski. El racinguista jugó unos buenos minutos y rondó el gol. No se comprende que el técnico holandés no le sacara de inicio, sobre todo cuando Polonia no anda sobrada de talento. Los mejores minutos de Polonia coincidieron también con los mejores momentos de Roger Guerreiro, que encontró más huecos con Croacia relajada. El gol no llegó porque Runje no estaba dispuesto a estropear el día de Klasnic. Croacia 'B' demostró ser mucho más que la mejor Polonia. Por algo unos han conseguido un pleno de victorias y los otros se marchan a casa sin vencer un partido.
Polonia 0-1 Croacia
Croacia se llevó un duelo que para él era intrascendente y se convierte en el primer equipo que hace pleno. El equipo 'B' croata fue mejor que Polonia (0-1), que sólo en la última media hora dio sensación de jugarse los cuartos de final. Cierto es que lo tenían difícil, pero jugaron sin fe. Además, el duelo dejó el regreso triunfal de Klasnic, que marcó el gol de la victoria quince meses después de ser operado en un doble transplante de riñón. Los de Bilic gobernaron el duelo desde el inicio y con un sensacional Pranjic y un buen juego colectivo doblegaron con justicia a los polacos, a los que Boruc salvó de ser goleados.
Bilic tiró de suplentes y el equipo ofreció una respuesta magnífica. Esa fue la mejor noticia de Croacia, sus suplentes ofrecen garantías, hay fondo de armario. Eso sí, conviene no lanzar las campanas al vuelo porque Polonia es un equipo sin vuelo. Croacia mandó desde el inicio, con autoridad, y acumuló las suficientes ocasiones como para merecer la victoria. Su problema fue Boruc. El meta polaco se ha revalorizado en esta Eurocopa. Ha dejado los mejores detalles de su equipo junto a Roger Guerreiro. Si el jugador de origen brasileño no apareció hasta bien entrada la segunda mitad, el portero salvó a su equipo.
Entre todos los croatas sobresalió uno de los pocos titulares que no tuvieron descanso: Pranjic. El lateral izquierdo, que ya realizó una soberbia actuación ante Alemania, estuvo enorme ante Polonia. Fue lateral y extremo a la vez. Anduvo por todos los sitios. Estaba atrás y adelante. Cierto es que Polonia ni salía y el trabajo defensivo era fácil, pero sorprendió al lateral derecho polaco, Wasilewski, con total facilidad. Además, Rakitic, Petric y Klasnic se movían bien. Por lo demás, Croacia mostró una solidez similar a la de los dos primeros partidos, a pesar de los cambios.
Klasnic y Pranjic se estrellaron varias veces contra Boruc, que no pudo detener sin embargo el chut del primero al comienzo del segundo tiempo. La asistencia fue del lateral izquierdo, cómo no, que se hinchó a subir. El remate de Klasnic fue con la izquierda, aunque en realidad hasta su riñón empujó el cuero. Al delantero le supo de forma especial el tanto. Estuvo a punto de dejar el fútbol y en su debut en una Eurocopa hizo el gol del triunfo. El fútbol está plagado de historias bonitas y algún día Klasnic contará la suya a sus nietos.
Polonia apretó en la última media hora, por orgullo y porque Beenhakker se decidió a meter a Smolarek y Zahorski. El racinguista jugó unos buenos minutos y rondó el gol. No se comprende que el técnico holandés no le sacara de inicio, sobre todo cuando Polonia no anda sobrada de talento. Los mejores minutos de Polonia coincidieron también con los mejores momentos de Roger Guerreiro, que encontró más huecos con Croacia relajada. El gol no llegó porque Runje no estaba dispuesto a estropear el día de Klasnic. Croacia 'B' demostró ser mucho más que la mejor Polonia. Por algo unos han conseguido un pleno de victorias y los otros se marchan a casa sin vencer un partido.
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