Ayer concluyó la era Juan Soler en la presidencia del Valencia. El promotor valenciano presentó su dimisión ante el Consejo de Administración de la entidad, de la que seguirá siendo el máximo accionista ya que controla el 36,9 por ciento (71.206 títulos) del paquete accionarial de la Sociedad Anónima Deportiva.
El hasta ayer vicepresidente institucional del club, Agustín Morera, sucederá en el cargo a Juan Soler, quien argumentó ante sus compañeros de Consejo que la decisión se debe a «motivos de salud». Y es que el empresario valenciano padece una enfermedad que le hizo quedar en un segundo plano de la escena valencianista hace 101 días. El ya ex presidente compareció ante los medios para hacer pública su «decisión irrevocable de dimitir como presidente y consejero» porque su estado de salud no le permite «dedicarle al Valencia el tiempo que su proyecto requiere».
Sin embargo, según fuentes cercanas al propio Soler, el hecho de que el ex presidente blanquinegro haya dado finalmente el paso de la dimisión, con el que ya había flirteado en varias ocasiones -la última el pasado 25 de febrero-, se debe a que las personas que le ayudaron a obtener el poder en la entidad valencianista «ya le han dado luz verde para dejar su cargo de presidente». Según pudo saber ABC, el próximo paso será que algún empresario o grupo de inversores se haga cargo del compromiso de Soler en el Valencia, que asciende a cerca de 200 millones de euros.
En este sentido, el valor de los títulos que posee el máximo accionista del club valenciano se eleva a 65 millones de euros. Además, el promotor tiene adquirido un compromiso para la compra de la primera parcela del actual Mestalla por un montante de 90 millones de euros, de los que sólo ha abonado hasta el momento el 15 por ciento. Finalmente, Soler avaló personalmente el fichaje de Joaquín hace dos temporadas, por el que existen dos pagarés.
Soler afirmó que garantizará «la paz accionarial para dar tranquilidad al proyecto deportivo y al del nuevo estadio. Como máximo accionista velaré para que todos los proyectos iniciados sean una realidad», al tiempo que garantizó que respetará «la autonomía de gestión de los consejeros del club».
El último intento por adquirir el paquete accionarial que domina Soler lo lideró el ex presidente de Telefónica Juan Villalonga junto al constructor valenciano Vicente Soriano.
Tres años de sequía.
El promotor valenciano accedió a la presidencia del club blanquinegro el 5 de octubre de 2004, justo después de que el Valencia, que presidía Jaime Ortí y entrenaba Rafa Benítez, firmase el doblete con la Liga y la Copa de la UEFA.
En tres años y medio que ha dirigido la entidad, en el terreno deportivo el Valencia ha desaparecido de la primera línea del fútbol internacional. La falta de títulos, el baile de entrenadores -Ranieri, Antonio López, Quique Sánchez Flores, Óscar Fernández y Ronald Koeman-, las decisiones inoportunas y el destierro de Albelda, Cañizares y Angulo, con demanda incluida del primero, han cerrado una etapa desastrosa. Sólo la construcción del nuevo estadio es un punto positivo en la era Soler.
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