El español reaccionó hoy cuando todo parecía perdido para derrotar al ruso Nikolai Davydenko y avanzar a la final del torneo de tenis de Dubai.
Dubai, Emiratos Árabes Unidos-. El español Feliciano López reaccionó hoy cuando todo parecía perdido para derrotar al ruso Nikolai Davydenko y avanzar a la final del torneo de tenis de Dubai.
López, 41 del mundo, sumó su tercer triunfo consecutivo ante un “top ten” al derrotar a Davydenko -quinto del ranking- por 6-4, 4-6 y 7-5 en un caluroso día en el estadio central del “Aviation Club” del emirato árabe.
“¡Estoy tan feliz! Fue un enorme esfuerzo darle la vuelta al partido en el tercer set”, dijo López, que perdía 3-1 y 5-3 en el parcial definitivo.
El español se medirá mañana con el ganador de la semifinal que disputan hoy el serbio Novak Djokovic y el estadounidense Andy Roddick.
En un día de fuerte calor en Dubai, el servicio no fue garantía de nada en el primer set, con cinco quiebres de saque.
Así se llegó al 4-4, con López quebrando nuevamente para situarse 5-4.
El español de 26 años no pudo aprovechar los dos primeros set points de que dispuso, pero en el tercero un ace a 219 al medio de la cancha le dio el 6-4 en 39 minutos a López, que apretó el puño y gritó “¡sí!”.
El segundo set ofreció un desarrollo similar, pero en el final fue Davydenko el que quebró a López para llevarse el parcial por 6-4.
Llegaba el tercer set, y la pregunta rondaba el estadio, en el que se veían varias banderas españolas.
¿Qué se impondría? ¿El 3-0 a favor del español sobre el ruso en el balance de enfrentamientos personales o la jerarquía del número cinco contra el 41 del ranking?
Pareció que ganaba la jerarquía de Davydenko, cuando el ruso quebró para 3-1 y se adelantó luego 5-3.
Pero López reaccionó cuando todo estaba casi perdido, y presionando con su drive a Davydenko logró quebrar una vez más el servicio de su rival para situarse 4-5 y su saque.
El público -claramente favorable al español- estalló de alegría cuando López igualó el set en cinco.
La igualdad era total, y la definición estaba al alcance de la mano.
López volvió a quebrar el servicio del ruso, y ya no perdonó.
Definió con una volea para avanzar así tras dos horas y 23 minutos a su primera final desde la que perdió en julio de 2006 en Gstaad.
Conmovido, alzó los brazos y cerró los ojos.
Tenía razones para hacerlo.
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