Esta vez no hubo montonera, ni coches pareados, ni blocajes de ruedas, ni intentos de arrinconar a los contrarios, ni nada que hiciera cambiar el orden que la calificación estableció entre los tres primeros. Comentaba Fernando el sábado que el circuito de Shanghai no tiene dificultades en la primera curva a la hora de mantener la posición en la salida y estaba en lo cierto. La única duda que quedaba era el saber si Lewis Hamilton saldría estresado y nervioso.
Como premio obtuvo un hat-trick (pole, vuelta rápida y victoria) que le sitúa con un colchón de siete puntos sobre Felipe Massa a falta de la última carrera. Más de medio título en el bolsillo. La última prueba es en dos semanas en casa del brasileño, una pista que domina a la perfección, pero en la que ya no depende de sí mismo. Una victoria del piloto de Ferrari no le daría el título salvo que el inglés cayera hasta el sexto en Interlagos. Habría en ese caso un empate a puntos (97), pero Felipe coronaría por una victoria más (seis por cinco). Un poco complicado, aunque similar a la situación de 2007 respecto a Raikkonen, que salió campeón el día del famoso botón del limitador, por mucho que en McLaren lo sigan negando.
Pero en la carrera de Shanghai no hubo lugar al pleito. Lewis salió mejor que nadie y pasó por la larga primera curva con un par de cuerpos sobre Raikkonen y varios extra sobre Massa, que se quedó picando ruedas levemente y que incluso frenó a Alonso cuando buscaba el interior de la trazada. Eso fue todo en lo que a la disputa de la victoria se refiere. Como las previsiones de lluvia de BMW para 20 minutos después del inicio tampoco se concretaron, nada alteró la carrera para Hamilton.
Por detrás, el único espectáculo del día llegó por parte del piloto español y de Heikki Kovalainen. Heikki aprovechó el tapón que sufrió el asturiano para pasarlo por fuera y aguantó la posición hasta el final de la contrarrecta, una de las más largas del Mundial, pero Fernando lo pasó en una apurada magistral y recuperó su puesto de la parrilla hasta el final.
Lewis estableció un ritmo irrebatible que abrió grieta respecto a Raikkonen y Massa de forma constante. En la vuelta 5 era de 3,1 segundos respecto al finlandés y de 5,4 sobre su mayor rival. En la vuelta 10 se extendía ya a 3,9 y 7,9, respectivamente.
Cuando Massa fue el primero en parar en la vuelta 14 (igual que Alonso) la situación parecía aún más irreversible. En la siguiente entraron Lewis y Kimi a su primer repostaje. Cabe también preguntarse por la poca agresividad de Ferrari en su estrategia, que podría haber utilizado como liebre a un Raikkonen más descargado de gasolina para haber presionado al de McLaren en el inicio. MARCA preguntó por esta cuestión a Chris Dyer, antiguo ingeniero de pista de Michael Schumacher y que lo es en la actualidad del finlandés. "No, creo que hicimos una buena elección, porque pensábamos que estaríamos en el ritmo de ellos. Simplemente fuimos más lentos y no había nada que hacer", declaraba el australiano tras la carrera.
Y tanto, Hamilton venció por aplastamiento a Ferrari, que se limitó a minimizar daños. Kimi Raikkonen se fue dejando llevar hasta ser alcanzado por Massa (llegó a aventajarle en 8 segundos) y permitió que le adelantase para atenuar una mayor diferencia final a favor del británico. En lugar de nueve puntos serían siete y alguna esperanza más para el último capítulo en Brasil.
Por su parte, Alonso se movió en tiempos bastante similares a los de Massa durante la carrera y mantuvo a raya a los BMW y a Kovalainen, que reventó una de sus ruedas en la vuelta 34 y que acabó abandonando en la 49. Esta escena hizo temer porque a Hamilton no le aguantará su juego de gomas blandas en las últimas 18 vueltas de carrera, pero su ventaja era tanta (unos 12 segundos) que le permitió cuidarlos y acabar sin problemas.
Fernando terminó como empezó, extrayendo todo el jugo del actual R28, con su vuelta rápida personal y presionando ligeramente a Raikkonen por si podía alcanzar el podio, pero no hubo lugar. Aun así, la carrera del español fue perfecta y el premio le satisfizo.
Vía | Marca
Como premio obtuvo un hat-trick (pole, vuelta rápida y victoria) que le sitúa con un colchón de siete puntos sobre Felipe Massa a falta de la última carrera. Más de medio título en el bolsillo. La última prueba es en dos semanas en casa del brasileño, una pista que domina a la perfección, pero en la que ya no depende de sí mismo. Una victoria del piloto de Ferrari no le daría el título salvo que el inglés cayera hasta el sexto en Interlagos. Habría en ese caso un empate a puntos (97), pero Felipe coronaría por una victoria más (seis por cinco). Un poco complicado, aunque similar a la situación de 2007 respecto a Raikkonen, que salió campeón el día del famoso botón del limitador, por mucho que en McLaren lo sigan negando.
Pero en la carrera de Shanghai no hubo lugar al pleito. Lewis salió mejor que nadie y pasó por la larga primera curva con un par de cuerpos sobre Raikkonen y varios extra sobre Massa, que se quedó picando ruedas levemente y que incluso frenó a Alonso cuando buscaba el interior de la trazada. Eso fue todo en lo que a la disputa de la victoria se refiere. Como las previsiones de lluvia de BMW para 20 minutos después del inicio tampoco se concretaron, nada alteró la carrera para Hamilton.
Por detrás, el único espectáculo del día llegó por parte del piloto español y de Heikki Kovalainen. Heikki aprovechó el tapón que sufrió el asturiano para pasarlo por fuera y aguantó la posición hasta el final de la contrarrecta, una de las más largas del Mundial, pero Fernando lo pasó en una apurada magistral y recuperó su puesto de la parrilla hasta el final.
Lewis estableció un ritmo irrebatible que abrió grieta respecto a Raikkonen y Massa de forma constante. En la vuelta 5 era de 3,1 segundos respecto al finlandés y de 5,4 sobre su mayor rival. En la vuelta 10 se extendía ya a 3,9 y 7,9, respectivamente.
Cuando Massa fue el primero en parar en la vuelta 14 (igual que Alonso) la situación parecía aún más irreversible. En la siguiente entraron Lewis y Kimi a su primer repostaje. Cabe también preguntarse por la poca agresividad de Ferrari en su estrategia, que podría haber utilizado como liebre a un Raikkonen más descargado de gasolina para haber presionado al de McLaren en el inicio. MARCA preguntó por esta cuestión a Chris Dyer, antiguo ingeniero de pista de Michael Schumacher y que lo es en la actualidad del finlandés. "No, creo que hicimos una buena elección, porque pensábamos que estaríamos en el ritmo de ellos. Simplemente fuimos más lentos y no había nada que hacer", declaraba el australiano tras la carrera.
Y tanto, Hamilton venció por aplastamiento a Ferrari, que se limitó a minimizar daños. Kimi Raikkonen se fue dejando llevar hasta ser alcanzado por Massa (llegó a aventajarle en 8 segundos) y permitió que le adelantase para atenuar una mayor diferencia final a favor del británico. En lugar de nueve puntos serían siete y alguna esperanza más para el último capítulo en Brasil.
Por su parte, Alonso se movió en tiempos bastante similares a los de Massa durante la carrera y mantuvo a raya a los BMW y a Kovalainen, que reventó una de sus ruedas en la vuelta 34 y que acabó abandonando en la 49. Esta escena hizo temer porque a Hamilton no le aguantará su juego de gomas blandas en las últimas 18 vueltas de carrera, pero su ventaja era tanta (unos 12 segundos) que le permitió cuidarlos y acabar sin problemas.
Fernando terminó como empezó, extrayendo todo el jugo del actual R28, con su vuelta rápida personal y presionando ligeramente a Raikkonen por si podía alcanzar el podio, pero no hubo lugar. Aun así, la carrera del español fue perfecta y el premio le satisfizo.
Vía | Marca
Tiene merito el final d temporada que esta haciendo el asturiano, con buenas clasificaciones, la verdad se esta vendiendo bien para el año que viene, se esta poniendo en valor.
ResponderEliminarPor cierto si te interesa un intercambio de links pasate por mi blog.
un saludo
www.tocaladecara.blogspot.com