El Santiago Bernabéu continuó con el ambiente festivo en el trofeo que lleva su nombre. Frente al Sporting de Lisboa (5-3) se vieron varios goles y un puñado de bellas jugadas y detalles propios de un partido amistoso. Del partido, pese a la bisoñez del rival, se sacan algunas conclusiones. Una de ellas es que Robben sigue en estado de gracia y llega como un tiro al comienzo de Liga. Otra, que Higuaín cada vez parece mejor delantero. Ahora añade gol a todo lo que ya hacía. Frente a los portugueses hizo dos, y los dos tuvieron mérito.
La primera parte fue mucho más entretenida. Los dos equipos salieron alegres, y el Madrid se puso las botas en esa situación. Desde muy pronto, Robben y Guti se postularon como los mejores. Uno llevando la manija y el otro con sus regates. El holandés parece otro, eléctrico, hábil. El primer gol, sin embargo, lo hizo Higuaín, y no lo hizo de cualquier manera. Rompió la cintura de Caneira y finalizó con la cabeza levantada ante Rui Patricio.
El segundo y el tercero llegaron enseguida. Robben con un disparo raso y cruzado desde el pico del área superó a Rui Patricio y de nuevo Higuaín hizo un tanto de bandera. Esta vez fue con la izquierda y la puso más lejos aún para el meta portugués. Con el interior, a la escuadra. Si Higuaín le pone gol a todo lo que hace, y en los últimos tiempos se lo está poniendo, hay razones para pensar en un muy buen delantero.
Hasta el descanso aún se vieron tres goles más. Aquello pareció un entrenamiento por momentos. Al gol del Sporting de Lisboa reaccionó el Madrid con dos tantos más. Raúl marcó de penalti y Van der Vaart hizo el quinto con la colaboración de la defensa portuguesa. El descanso salvó a los portugueses como la campana a un boxeador noqueado. Daba la impresión de que el Madrid podría haber marcado los que quisiera si la primera parte se hubiese alargado.
En la segunda mitad, el Sporting de Lisboa lavó su imagen. Con el orgullo herido, y también con Moutinho y Veloso al mando de las operaciones, los portugueses llegaron con frecuencia sobre Codina. Al Madrid le faltó hambre y ritmo. Los cambios de Schuster rompieron la velocidad y la precisión con la que el Madrid se desplegó en la primera mitad.
El 5-1 del descanso se convirtió en 5-3, un resultado con el que el Sporting sale airoso del Bernabéu. Yannick y Veloso marcaron los goles. El público, pese a que no vio más dianas de su equipo, se marchó con ocho en la retina y con el recuerdo de las buenas jugadas de Robben, Guti e Higuaín en la primera parte. Lo próximo será más serio. Espera un campo maldito, Riazor, en la primera jornada liguera.
La primera parte fue mucho más entretenida. Los dos equipos salieron alegres, y el Madrid se puso las botas en esa situación. Desde muy pronto, Robben y Guti se postularon como los mejores. Uno llevando la manija y el otro con sus regates. El holandés parece otro, eléctrico, hábil. El primer gol, sin embargo, lo hizo Higuaín, y no lo hizo de cualquier manera. Rompió la cintura de Caneira y finalizó con la cabeza levantada ante Rui Patricio.
El segundo y el tercero llegaron enseguida. Robben con un disparo raso y cruzado desde el pico del área superó a Rui Patricio y de nuevo Higuaín hizo un tanto de bandera. Esta vez fue con la izquierda y la puso más lejos aún para el meta portugués. Con el interior, a la escuadra. Si Higuaín le pone gol a todo lo que hace, y en los últimos tiempos se lo está poniendo, hay razones para pensar en un muy buen delantero.
Hasta el descanso aún se vieron tres goles más. Aquello pareció un entrenamiento por momentos. Al gol del Sporting de Lisboa reaccionó el Madrid con dos tantos más. Raúl marcó de penalti y Van der Vaart hizo el quinto con la colaboración de la defensa portuguesa. El descanso salvó a los portugueses como la campana a un boxeador noqueado. Daba la impresión de que el Madrid podría haber marcado los que quisiera si la primera parte se hubiese alargado.
En la segunda mitad, el Sporting de Lisboa lavó su imagen. Con el orgullo herido, y también con Moutinho y Veloso al mando de las operaciones, los portugueses llegaron con frecuencia sobre Codina. Al Madrid le faltó hambre y ritmo. Los cambios de Schuster rompieron la velocidad y la precisión con la que el Madrid se desplegó en la primera mitad.
El 5-1 del descanso se convirtió en 5-3, un resultado con el que el Sporting sale airoso del Bernabéu. Yannick y Veloso marcaron los goles. El público, pese a que no vio más dianas de su equipo, se marchó con ocho en la retina y con el recuerdo de las buenas jugadas de Robben, Guti e Higuaín en la primera parte. Lo próximo será más serio. Espera un campo maldito, Riazor, en la primera jornada liguera.
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