30 dic 2007

El Valencia pasa por malos momentos

Superado el trauma del reencuentro, el Valencia vive sobre un polvorín. La guerra fría y psicológica dentro del vestuario se ha desatado. Con Koeman cerrando a cal y canto las puertas de los entrenamientos para tener tranquilidad, los jugadores viven una situación tan anormal como tensa. La batalla entre el técnico y los apartados es un hecho. “Si nos respetamos podrá seguir esta situación”, les dijo el entrenador el viernes por la tarde en el día del primer entrenamiento tras las vacaciones. Y de momento, nadie se ha salido del tiesto, pero la tensión y las situaciones casi cómicas se repiten con demasiada asiduidad.

Ronald Koeman no se dirige a los jugadores apartados. Ni él ni ninguno de sus ayudantes que completan el cuerpo técnico. Hay buenas palabras para todos, órdenes y motivación, pero para Cañizares, Albelda y Angulo se ha acabado todo.

Incluso la guerra de los petos se ha convertido en una anécdota más. Koeman reparte los mismos durante los entrenamientos con el fin de diferenciar los equipos. Angulo y Albelda siempre van sin peto, así se ahorra acercarse a ellos. Los no convocados siguen trabajando con el grupo, pero para ellos todo ha cambiado.

Pero si la situación ya estaba tensa de por sí y la guerra de ir apartando poco a poco a los no apartados y no despedidos, ayer, Marco Caneira, un hombre muy cercano al presidente Juan Soler, acabó de incendiar la situación con sus declaraciones.

Intentó quitar hierro a la cosa, pero de sus palabras se desprende que para él la baja de estos tres compañeros es más un alivio que otra cosa. “Están entrenándose con nosotros y hacen el trabajo normalmente. La situación es complicada, pero es decisión del entrenador y nosotros tenemos que aceptarla. Pienso que ellos inflamaron el tema en sus ruedas de Prensa, porque si el míster les dijo que no contaba con ellos es una situación normal en el fútbol. La situación es molesta, pero la vida sigue”.

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