3 dic 2007

El Madrid mas lider que nunca

Para que se hagan una idea de lo que sucedió ayer en el Bernabéu, imaginen un combate de boxeo en el que un púgil que no es el favorito gana el centro del ring, va por delante en las cartulinas de los jueces... pero sufre un descuido y su rival conecta un directo al mentón que envía a la lona al fino estilista. Ni más ni menos. El Racing tuteó al Real Madrid pero los blancos dieron los golpes precisos para reivindicarse como líderes. Había cierto recelo en Chamartín ante la visita de los cántabros después de lo visto el pasado miércoles en Bremen. Y más teniendo en cuenta que el Racing se presentaba con la vitola de equipo menos batido de la Liga. Quizá Schuster podía pensar que los de Marcelino aparcarían el autocar en la meta de Toño, pero éstos sorprendieron a todos poniendo la directa nada más empezar. Primero Oscar Serrano estuvo a punto de sacar petróleo de una indecisión entre Sergio Ramos y Casillas. Después, tres córners seguidos a favor de los racinguistas. Un panorama preocupante. Pero el Madrid se disfrazó de visitante en casa para decidir. Todo empezó con la primera bicicleta de Robinho, balón a Van Nistelrooy previo paso por Baptista y servicio magistral del holandés para que Raúl pusiera en jaque a la zaga menos goleada de Primera. A pesar del jarro de agua fría, los de Marcelino siguieron a lo suyo y poco después, Jorge López y Smolarek volvieron a acercarse con peligro al área blanca. El Racing tenía el balón y jugaba con confianza. La suficiente para que a los nueve minutos la traicionara el reaparecido Baptista, con un pase a un Sneijder totalmente solo en el carril derecho que encaró a Toño y, tras el rechace de éste, convirtió un centro hacia nadie en un pase de gol. O mejor dicho, de autogol de Sergio Sánchez. 2-0 sin comerlo ni beberlo. Fue una lección de efectividad de los blancos, que se encontraron con una renta inesperada. Y es que, pese a la ventaja, los de Schuster continuaban achicando agua. Desde un disparo de Duscher que sólo podía encontrar la respuesta en una excepcional parada de Casillas, hasta un gran servicio de Munitis a Smolarek que éste estrelló en el palo en el minuto 33. Por parte madridista, tan sólo una ocasión clara de Raúl que Garay, ya superado Toño, desvió bajo palos a córner. Hablando de saques de esquina, un detalle nos revela lo que fue el primer tiempo. El Real Madrid sacó dos córners y el Racing... ¡siete! Pocos visitantes del Bernabéu firman esos datos, pero en el fútbol lo que cuenta es el gol. Y el Madrid llevaba dos de ventaja. Tras el descanso, Robinho -al que no se le veía desde aquella primera bicicleta- decidió volver a aparecer. Empezó a agobiar a la zaga cántabra e incluso pudo forzar un penalty ante Colsa que vio todo el mundo menos Muñiz Fernández y sus asistentes. Más tarde, la sentencia. Fue a balón parado, en un lanzamiento de falta de -otra vez- Raúl. El pírrico premio al esfuerzo cántabro llegó poco después, en un gol firmado por el ex madridista Munitis. Pero los tres puntos se quedaron en el Bernabéu. El Racing tuvo que conformarse con dar una gran imagen, pero el líder es el líder por algo. Esta vez, por pegada.

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